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Nicaragua tan violentamente dulce
19 DE JULIO DE 2019

Nicaragua tan violentamente dulce

Julio Cortázar

Editorial Nueva Nicaragua

Managua, 1985

pp. 108

 

Julio Cortázar (1914-1984), antes del triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979 -han pasado 40 años- estuvo una vez en Nicaragua y después viajó con frecuencia al país de Augusto César Sandino (1895-1934) y conoció de primera mano lo que en ese entonces se proponía construir la Revolución encabezada por el Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN).

En 1976 hizo su primera visita, de manera clandestina, a la Isla de Solentiname, invitado por el padre y poeta Ernesto Cardenal (1925), donde tenía su experimento de comunidad religiosa y artística que dos años después fue destruida por la Guardia Nacional. De esa estancia es su primer escrito sobre Nicaragua: Apocalipsis de Solentiname.

Nicaragua tan violentamente dulce (Editorial Nueva Nicaragua, 1985), que se publica un año después de la muerte de Cortázar, reúne pequeños textos que narran las impresiones y también ofrecen las reflexiones del escritor argentino derivadas de sus visitas a Nicaragua en los primeros años de la revolución.

Los títulos dan cuenta de la temática: Noticia para viajeros; Apuntes al margen de una relectura de 1984; Apocalipsis de Solentiname; Nicaragua la nueva; El pueblo de Nicaragua, maestro de si? mismo; Bocetos de Nicaragua; Nicaragua desde adentro I, II, III y IV; Aqui?, la dignidad y la belleza; Vigilia en Bismuna; Retorno a Solentiname; El escritor y su quehacer en América Latina; Discurso de recepción de la Orden Rube?n Dari?o; Las batallas desiguales; Un sueño realizado: el arte de las Ame?ricas llega a Nicaragua; Nicaragua: el fast food de las noticias; De diferentes maneras de matar.

En esos textos Cortázar elogia el proceso revolucionario que impulsan los sandinistas, pero también es crítico de lo que no le parece. Es una visión sorprendida y cariñosa de lo que en ese entonces se pretende construir en la patria de Carlos Fonseca (1936-1976) después del triunfo de la Revolución y la caída de Anastasio Somoza, que ponía fin a la dictadura dinástica que gobernaba el país desde 1937.

Los textos leídos o releídos desde el hoy llaman a la tristeza y también a la rabia y la indignación. La esperanza en un mundo distinto caracterizado por la justicia y la fraternidad, que es lo que Cortázar registra con entusiasmo y cariño, fue traicionada y derivó en una dictadura igual o peor a la que se derrocó. Ahora la encabeza Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo. La Familia Imperial, como la llama el padre Cardenal.