Lecturas
0
Ciudadanía intermitente
22 DE MARZO DE 2019

Con la lectura de Ciudadanía Intermitente (Pax, 2018), de Laura Sarvide, me sucedió algo semejante a la lectura que hice de El país bajo mi piel: Memorias de amor y guerra de la escritora nicaragüense Gioconda Belli.

Me identifiqué con los dos textos porque hacen referencia a una experiencia de vida y a un mundo que me ha tocado vivir. Ellas y yo somos contemporáneos.

En el aborde autobiográfico del libro de Gioconda me identifico con sus referencias a la Revolución, a Centroamérica y a Nicaragua en particular. Los personajes que menciona los conozco o me son familiares.

Viví en Nicaragua en 1981 y 1982 cuando estuve en la guerrilla salvadoreña. La relación entre los dos procesos era estrecha. Nicaragua era nuestra retaguardia estratégica.

En la historia que cuenta Victoria, el personaje central del texto de Laura, me identifico con su vivencia del país, con su aborde a la realidad de la ciudadanía y al desarrollo de la sociedad civil organizada.

Muchos de los personajes a los que hace referencia, aunque no pone sus nombres, los conozco y me he relacionado con ellos. Cuando leía les ponía nombre y también rostro.

Los textos de Gioconda y Laura son historias de vida que hacen relación a lo que a mí también me ha tocado vivir. Somos hijos de una misma generación no solo por la edad sino también, y, sobre todo por la concepción del mundo y por lo que pensamos se puede cambiar, para que todas y todos tengamos una vida más justa y más digna.

***
Victoria, quien narra su historia en primera persona, es tres años menor que yo.

En el terremoto de 1957 ella tenía siete años y yo 10.

En los trágicos sucesos de 1968 ella tenía 18 años y yo 21.

En el terremoto de 1985 ella tenía 35 años y yo 38.

En el terremoto de 2017 ella tenía 67 y yo 70.

Fechas de sucesos trágicos en la historia nacional, que marcan también hitos en la historia de la ciudadanía y la sociedad civil organizada.

***
Siguiendo la imagen de Pelando la cebolla, el libro autobiográfico del escritor alemán Günter Grass, en la historia de Victoria, encuentro cuatro capas de esa cebolla que es la vida.

La primera capa, la más evidente, es la historia personal de Victoria. En 1963, a los 13 años, una pregunta a su abuelo y una afirmación de su abuelo la van a marcar, para siempre.

Afirmación del abuelo: “Unos lo hacen y otros lo permitimos”.

Pregunta de Victoria: “¿Por qué está sucediendo lo que está sucediendo en México?”.

En el relato la afirmación y la pregunta son la guía, lo siguen siendo, en la búsqueda de Victoria, para contribuir con su acción a que el mundo cambie y sea más justo y mejor para todas y todos.

Al inicio de la segunda mitad del siglo XX, la historia de Victoria, también la de otras mujeres de su generación, es la lucha por romper con los roles sociales asignados por la cultura patriarcal y construir una nueva sociedad donde las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres.

Es el descubrimiento, para una mujer nacida en una familia de la clase media alta, de la injusticia y la desigualdad. De la pobreza y la necesidad imperiosa de que el mundo y el país cambien.

Es el encuentro con nuevos valores, con nueva gente, con nuevas experiencias de trabajo y nuevas expresiones culturales.

Es la construcción de una nueva manera de vivir y de relacionarse con los demás. Donde la solidaridad y la fraternidad importan.

Victoria de manera personal, incluso íntima, habla de sus pasiones y enamoramientos. De sus desamores y de sus parejas. Y también de la relación tan especial, única, que las mujeres establecen entre sí. Algo que los hombres no sabemos hacer. Es algo que siempre les envidio.

Es la construcción, con caídas y levantadas, de su muy personal manera de ser, de vivir y de aportar a la creación de un mundo más humano y bueno para todos. La de Victoria, siendo única, es también la historia de muchas mujeres de su generación.

La segunda capa es la historia de la ciudadanía y la sociedad civil organizada en México y el mundo. Es un recorrido por 50 años de ese proceso, siempre en evolución y crecimiento, a veces con grandes dificultades, pero también con éxitos señalados.

Victoria da cuenta de conceptos que en estos años han marcado esta historia en sus diferentes etapas: educación popular, concientización, trabajo comunitario, participación ciudadana, cambio social, fortalecimiento institucional, planeación estratégica, responsabilidad social y fundaciones comunitarias.

Como parte de esa misma experiencia en Espiral, organización fundadas por Victoria y Marea, entraron a la discusión del tema de la cooperación internacional. Ellas en colaboración con algunas de las agencias de la cooperación reformularon la concepción de la relación Norte-Sur y Sur-Sur.

En ese proceso se planteó, fue un giro copernicano, que la relación del Norte con el Sur no debía darse en términos de beneficiarios de la ayuda sino de contrapartes. Que el Norte y el Sur debían tratarse como socios de un mismo proceso.

Victoria, para cada uno de los conceptos que dan cuenta del proceso de crecimiento de la ciudadanía y las organizaciones de la sociedad civil, ilustra como se encarnaron en experiencias concretas en las que participó tanto en México como en otros países de América Latina.

Y en cada una de esas experiencias está, es fundamental, el encuentro con el otro. Con las y los compañeros de trabajo, pero también, y sobre todo, con los integrantes de las comunidades. Es un ir y venir que enriquece a unos y otros. Un ir y venir que hace a todos mejores.

La tercera capa es la historia de México. El primer capítulo del libro da cuenta del interés de Victoria, la adolescente y la joven, por la historia de México. Se acerca a ella a través de la visión que le transmiten el abuelo y después un tío y una tía.

Ella va enriqueciendo su conocimiento de la historia a partir del estudio, pero sobre todo de las oportunidades que le ofrece su trabajo, para profundizar y también cuestionar, desde distintos ambientes, la historia de Mexico y de América Latina.

El texto da cuenta como, en un largo proceso, la ciudadanía y las organizaciones de la sociedad civil se vuelven actores fundamentales en la construcción de la historia de México y América Latina. Ya no es solo el gobierno o el Mercado los únicos actores. Hay un nuevo y poderoso actor: la ciudadanía organizada.

La cuarta capa, que es menos evidente, pero que está ahí. Son los cambios de fondo que han ocurrido en la sociedad mexicana. En la narración de Victoria, entre líneas, vemos la transformación que el país ha vivido en los últimos 70 años.

El nuevo papel de la mujer, la ruptura con el pensamiento único, la presencia de la pluralidad ideológica y religiosa, el arribo de la democracia, la alternancia en el poder, la libertad de expresión, el acotamiento del poder presidencial, la conciencia ecológica, el surgimiento de nuevos poderes y desde luego la relevancia de la ciudadanía y la sociedad civil organizada.

Victoria termina su historia con una amplia reflexión-invitación sobre el papel que hoy le toca jugar a la ciudadanía.

“La ciudadanía tenemos que hacernos cargo de nuestro poder de participar activa y sostenidamente en asuntos públicos, lo cual compete a todos, no a unos cuantos, ni mucho menos solo a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, o a los partidos políticos…”.

“Ser ciudadano es no dejar a los políticos adueñarse de la política, ofrecerles un catalejo para que miren más allá de sus narices (…) Hay que creernos, y actuar en consecuencia, asumirnos capaces de hacer política para generar un empoderamiento ciudadano dirigido al bien común y no a unos cuantos, y generar capacidades para tomar decisiones que nos afectan. Ejerzamos nuestros derechos de hacer política ciudadana como fenómeno indispensable de la democracia”.

“El futuro ciudadano es hoy mismo, no mañana, ni en el siguiente año o en el siguiente sexenio, es hoy”.

***
Comparto una reflexión estrictamente personal. No son buenos tiempos, para la ciudadanía y las organizaciones de la sociedad civil con un presidente que, con regularidad sistemática, en el marco de un plan, en su comparecencia matutina descalifica a la sociedad civil y le quita los recursos públicos que le corresponden.

Son tiempos que el presidente, para relacionarse con los ciudadanos, regresa a un modelo superado donde éstos son solo vistos como clientela electoral en el marco de una concepción asistencialista, paternalista y clientelar que se pensaba ya había sido superada.

El nuevo gobierno se propone dar vuelta atrás a la rueda de la historia. Las conquistas logradas por la ciudadanía y la sociedad civil organizada en estos últimos 50 años están en peligro. La lucha debe continuar, para abrir espacios a la ciudadanía y a la sociedad civil organizada en la construcción de lo público.

***
Laura, te agradezco que, a través de Victoria, nos compartas tu vida incluso la más íntima. Nos cuentes la historia de lucha de la ciudadanía y de la sociedad civil y también de los cambios que han ocurrido en el país en los últimos 50 años. Y todo, es no es común, a partir de tu intensa experiencia como mujer y ciudadana comprometida con la construcción de un mundo mejor y más digno para todas y todos.

Ahora es tiempo de la Marea y la Victoria de la ciudadanía y la sociedad civil.

Muchas gracias.

(Texto leído en la presentación del libro en El Péndulo de Polanco el 20 de marzo de 2019).

____


Ciudadanía intermitente

¿Hasta cuándo?

Laura Sarvide Álvarez Icaza

Editorial Pax

Méxco, 2018

pp 285