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California, Juan María de Salvatierra y los Californios
07 DE JUNIO DE 2019

Eligio Moisés Coronado (1943), historiador y maestro nacido en La Paz, Baja California Sur, publica California, Juan María de Salvatierra y los Californios (Seminario de Cultura Mexicana, Corresponsalía La Paz) que es un ensayo sobre la vida y la obra del jesuita Juan María de Salvatierra y Visconti (Milán, 1648 – Guadalajara, 1717).

Su padre era español y su madre italiana. Realiza sus estudios en el colegio jesuita de Parma. A los 17 años ingresa al noviciado de la Compañía de Jesús en Génova. En esa misma ciudad hace sus estudios de filosofía y la etapa que los jesuitas llaman el magisterio.

En 1675, es enviado a la Nueva España junto con su amigo Juan Bautista Zappa. Ellos lo habían solicitado a sus superiores. Aquí terminan sus estudios de teología.

En la Ciudad de México, Salvatierra realiza una intensa actividad religiosa y académica y aprende náhuatl. Es enviado al colegio de los jesuitas en Puebla donde dio clases de retórica.

Luego se le destina a misionar entre los Rarámuris, el actual Chihuahua, donde permaneció diez años. Ahí estuvo en la Misión de Chínipas y desde aquí fundó otras misiones. Después se le nombró visitador de las Misiones en Sonora y Sinaloa. Ahí en 1691, conoce al padre Eusebio Francisco Kino, quien le cuenta de los indios californios.

Kino había misionado en la California en 1683 y 1685. A pesar de su esfuerzo no se pudieron generar las condiciones para que la misión permaneciera. Salvatierra se entusiasma con la posibilidad de misionar entre los californios. Pide se le mande a ese lugar.

No logra de inmediato su propósito. Se le nombra rector del colegio de los jesuitas en Guadalajara y luego rector y maestro de novicios en Tepotzotlán, del actual estado de México. El 6 de febrero de 1697 Salvatierra y Kino obtienen el permiso del provincial y la autorización del virrey, para ir a la California. La insurrección de los pimas requiere la presencia del padre Kino y tiene que permanecer en las misiones de Sonora.

En la autorización del virrey quedaba claro que la corona no va a otorgar ningún tipo de recursos. Los jesuitas tienen que conseguir los patrocinios necesarios para garantizar el transporte, la alimentación y la seguridad. La expedición a la cabeza de Salvatierra, en razón de los vientos, no puede arribar a lo que fue la misión de San Bruno. Llegan a la bahía de la Concepción y de ahí después van a la antigua misión. Ahí se encuentran con indios que habían tenido contacto con Kino.

En San Bruno no encuentran buenas condiciones para asentarse, no había suficiente agua, y van hacia el sur donde ubican un mejor lugar. Aquí llegan el 25 de octubre de 1697 la bahía de san Dionisio. Es donde Salvatierra funda la misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó, que se será la misión madre.

A lo largo de los 71 años que los jesuitas estuvieron en esta segunda etapa misional en California, de 1697 a 1767, se fundaron 17 misiones. La primera Nuestra Señora de Loreto y la última Santa María de los Ángeles en mayo de 1767.

En 1704 Salvatierra, que pronto aprendió la lengua del lugar, es nombrado provincial de la Compañía de Jesús, por lo que tiene que dejar la misión y residir a la ciudad de México. Al concluir su mandato regresa a las misiones en Baja California.

El virrey llama a Salvatierra en 1717, para que proporcione material que se utilice en la redacción de un libro sobre la “Historia de California”, que ordena el rey Felipe V. Salvatierra sale enfermo de Loreto el 31 de marzo acompañado del hermano coadjutor Jaime Bravo. Al llegar a Tepic se agrava el estado de su salud y debe ser transportado en camilla a Guadalajara, donde muere el 17 de julio de ese año.

Se le sepulta en la Capilla de la Virgen de Loreto, que él mismo había mandado construir en Guadalajara, capital de la Nueva Galicia, cuando era rector del colegio de los jesuitas en esa ciudad. Salvatierra escribió “Cartas sobre la conquista espiritual de Californias” (México, 1698) y “Nuevas cartas sobre Californias” (1699).

Del ensayo de Moisés Coronado lo que me pareció más interesante es la reconstrucción de la vida cotidiana en las misiones y el horario diario que sigue la población asentada en las mismas. El modelo de Nuestra Señora de Loreto es el que se aplica en todas. Del amanecer al anochecer todo está regulado.

El autor de los 56 jesuitas que llegaron a la California menciona las misiones en las que estuvieron. Al texto añade dos anexos: La licencia del virrey donde autoriza a Salvatierra y a Kino “la entrada a las provincias de las Californias” y una carta inédita de Salvatierra al fiscal del virreinato de la Nueva España.

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California, Juan María de Salvatierra y los Californios

Eligio Moisés Coronado

Seminario de Cultura Mexicana, Corresponsalía La Paz

La Paz, Baja California

pp. 56